Las colecciones biológicas (CB) están conformadas por ejemplares de especies encontradas en un lugar y tiempo particulares. Básicamente, fungen como un banco de datos que funciona como representación del patrimonio natural de un país o región, constituyen un archivo histórico de utilidad múltiple donde la preservación de especímenes y su información asociada sirven como base para estudios taxonómicos, sistemáticos, ecológicos, filogenéticos, biogeográficos, de genética de poblaciones y conservación.

     Con los nuevos avances tecnológicos, la mayoría de las CB se han ido modernizando, siguiendo el ritmo de dichos avances uno de estos ampliamente utilizado ha sido el uso de los códigos QR (del inglés, “quick response”, respuesta rápida). Los QR son códigos de barras bidimensionales representados por un símbolo formado por una matriz de módulos que almacena una cantidad limitada de información y cuya lectura se realiza desde dispositivos inteligentes como teléfonos móviles y tabletas con conexión a internet. La información puede estar formada por caracteres numéricos, alfanuméricos, símbolos Kanji, Kana e Hiragana, así como códigos binarios o de control. Esta tecnología ha facilitado muchos procesos de organización y exposición, facilitando y proporcionando información adicional al lector interesado en un producto mediante el escaneo del QR.